La transformación, además de ser una de las palabras de moda en los entornos organizativos, es un tema realmente candente para la mayoría de las organizaciones del mundo. Puede incluir una amplia gama de temas: digitalización, fusiones, externalizaciones, estandarización de procesos, formas de trabajo, cultura, insourcing de equipos, y tantos otros.
Nosotros, como humanos, normalmente evitamos el cambio, porque es difícil. Significa salir de tu zona de confort, significa que dudarás de ti mismo ya que se requerirán nuevas habilidades y competencias…, en general, es un proceso que puede fácilmente «quemar» a tus equipos, ya que normalmente se suma a las funciones actuales que están haciendo de forma regular.
Hay mucha literatura sobre la transformación, pero mi idea en este artículo es sólo plantear un punto específico: en mi opinión, una transformación tiene éxito no sólo cuando todos los KPI/procesos están hechos. Para mí, una transformación tiene éxito cuando la gente la promueve y la defiende. Cuando la gente la adopta, es cuando podemos afirmar que la hemos realizado con éxito.
En mi opinión, estas 7 áreas son las que ayudarán a los equipos a abrazar la transformación organizativa:
1. Tener una visión clara y unos objetivos/beneficios bien definidos.
Formular y compartir un propósito, una visión y unos objetivos ayudará a los empleados y a los líderes a entender el «por qué» y los «beneficios» de la transformación.
Hay que afrontar la transformación sin miedo, siendo siempre transparentes en los objetivos con todas las personas implicadas, ya que ayudará a superar cualquier resistencia que venga con el cambio.
2. Estar centrado en las personas en el proceso de transformación.
Los empleados son el centro de su organización y, durante el proceso de transformación, es clave centrarse en sus necesidades y mantenerlos informados sobre el progreso. Esto también puede significar cambiar algunas de las jerarquías o «formas de hacer» que han sido inherentes a nuestra empresa durante años.
Asegúrate de que la comunicación sea siempre bidireccional.
3. Crear un plan estratégico.
Prepare los pasos que debe dar para transformar la organización. Empieza con los resultados finales en mente (es decir, la metodología de futuro) y repártelos por todas las áreas de la organización. Un plan con un calendario, hace que el proceso de transformación sea más tangible y ayuda a mantener el enfoque.
4. Romper los silos.
En mi lenguaje, la palabra «silos» no existe. Pero si hablamos de transformación, la palabra está doblemente prohibida. La transformación siempre debe tener en cuenta a toda la organización.
Por ejemplo, si tu objetivo es transformar tus procesos y hacerlos más ágiles, tienes que tener en cuenta cómo afectará a tu estructura organizativa, a los sistemas que estás utilizando, si hay una posible brecha de talento, etc. Y obviamente, hay que hacerlo para toda la organización, y no para áreas aisladas.
5. Carga de trabajo.
Es imposible cambiar todo a la vez. En cambio, es esencial priorizar lo que hay que abordar primero.
Y también es posible que el plan de transformación cambie en el proceso. En ese caso, hay que reevaluar, modificar y volver a priorizar si es necesario. La anticipación es clave.
De nuevo, es crucial comunicar bien nuestras prioridades.
6. Pedir ayuda.
Normalmente, la organización está al máximo de su carga de trabajo. Y en estas situaciones, hay que sumarle todo el proceso de transformación, lo que lo convierte en una «locura».
Para garantizar el éxito, y que cuidemos a nuestra gente, puedes pedir ayuda en varias áreas:
- Coordinar, facilitar y tener una visión global del proceso.
- Para apoyar a los líderes y a las partes interesadas, ya que tendrán que lidiar con muchas cosas nuevas, inconsistencias, carga de trabajo, etc.
- Disponer de algunas «manos» adicionales cuando sea necesario y utilizar personal interno sólo para los temas en los que se requiera su experiencia y conocimientos.
- Para medir el progreso.
- Etc.
Lo Coaches, con experiencias en el mundo corporativo, y familiarizados con esos procesos, pueden ser perfiles útiles a tener en cuenta.
7. Medir el progreso.
Te ayudará a entender cuánto trabajo has hecho ya, qué te falta por hacer y dónde tienes que poner el foco.
Utiliza datos, recoge las opiniones de los empleados y las partes interesadas, y vigila cómo se ejecuta. El KPI que utilice para medir su progreso debe depender de sus objetivos.
Resumiendo:
La transformación organizativa sólo tiene éxito si la gente la adopta y crece. Si no es así, sólo estaremos «marcando casillas»: estarás muy digitalizado, con procesos ágiles, a la vanguardia de la transformación, pero con gente «quemada».
Recuerda, cuida a tu equipo, escúchalo, valóralo, dale ayuda adicional, y asegúrate de que estará bien. Sobre todo, asegúrate de que son parte de la transformación.
