Podemos ser auténticos “problem-solvers”, o hasta podemos ser de los que odian problemas. Pero en cualquiera de los casos, cuando surgen, experimentamos varios sentimientos, que normalmente no buenos: podemos sufrir ataques de pánico, sentirnos bloqueados, nos volvemos emocionales, culpamos a los otros…. Pero independientemente de la profundidad en la que experimentamos estas sensaciones, siempre están ahí.
Una cosa es lo que sentimos, otra cosa es lo que podemos hacer con lo que sentimos. Podemos quejarnos o podemos ser pragmáticos y empezar a avanzar.
Permítanme compartir con los pasos 7 que siempre utilizo para simplificar problemas en ambiente de coaching (individual o de equipo), a nivel personal, y como marco de formaciones para empresas. 7 pasos que puedes aplicar vosotros mismos en vuestro día a día.
1. Asumir el control.
Cuanto menos tiempo procrastinemos, menos tiempo nos separará de la solución. Es “comprensible” que queramos ser un poco emocionales, y a veces hasta lo necesitamos. Pero tienes que ser consciente que cuanto menos tiempo de luto tengamos y cuanto antes salgamos de ese estado mental de negación, más rápido comenzaremos a avanzar.
Por lo tanto, lo primero importante es asumir que necesitamos tener el control, y dejar de ponernos excusas a nosotros mismos.
2. De lo emocional a lo racional.
Una vez que asumamos el liderazgo, traduzcamos las emociones en algo racional. Traduzcámoslo al lado práctico y tangible de la situación.
¿Cómo hacerlo? Con un ejercicio de roleplay, puede ser más simple o complejo dependiendo del contexto / problema:
- Colócate en la posición de los demás y mira desde fuera.
- Analiza las diferentes perspectivas.
- Construye un punto de vista común.
Y a seguir tenemos que transformar este punto de vista racional y común en un “elevator pitch” de 30 ‘… si lo consigues, tienes el problema bien identificado. Parece «básico», pero la mayoría de las veces, los problemas no están bien resueltos porque no están bien identificados.
3.- Partir el problema em pedazos.
Los problemas, independientemente de su tamaño, siempre se pueden simplificar. ¿Cómo? vamos a partirlo en pedazos.
Beneficio principal: pasar de un problema que parece imposible solucionar a problemas mas pequeños y accesibles.
Cuando lo partimos en pedazos, ¿qué encontramos?
- Las cosas que no podemos controlar, ¡nos olvidamos!
- Las cosas que podemos controlar. Y podemos tratarlas paso a paso, de una manera más simple. Hagamos micro diagnósticos de la situación.
- Las cosas que podemos delegar o externalizar.
4. Dibuja el futuro.
Una vez que tenemos el problema partido en pedazos más pequeños, es hora de pensar cómo nos gustaría que la situación fuera sin el problema.
Tenemos que hacernos las preguntas correctas. Algunos ejemplos:
- ¿Qué tiene que pasar para que los problemas desaparezcan? ¿Qué tiene que pasar para que desaparezcan los micro problemas?
- ¿Qué seria éxito para nosotros después de haber «sufrido» este problema?
- Si necesito dibujar la situación desde el inicio, ¿cómo sería?
- ¿Qué me hará feliz y sentirme más tranquilo?
- etc.
La respuesta final a esas preguntas representará nuestro objetivo final.
5. Diseñar caminos alternativos para solucionar el problema.
Una vez definido el objetivo final, vamos a diseñar alternativas para conseguirlo. Esto es lo que hacemos en el entorno de Coaching, establecemos la meta (lo que es el éxito para ti), y luego, a través de una exploración profunda diseñamos diferentes formas de alcanzarlas.
Para hacerlo más fácil, podemos dibujar alternativas para cualquier micro problema. Y el resultado dependerá de su propia elección, ya que considerará los PROs y CONs de cualquiera de ellos.
6. Comunicar.
Es clave comunicar, ya que uno de los principales miedos que tenemos normalmente cuando nos enfrentamos a problemas es…». cómo se lo voy a decir…». Por lo tanto, comunicarlo es una necesidad al mismo tiempo que un alivio, pero debemos hacerlo de la manera correcta.
6.1 Yo prefiero comunicarlo tan pronto como descubro que existe un problema. Si es el caso, comunico de una manera muy objetiva: «esto ha pasado, esto es lo que planeo hacer siguiendo estos pasos, y tan pronto como tenga noticias informo». Tenemos que mostrar el control de la situación.
6.2 Si comunicamos en una etapa más avanzada del proceso de resolución del problema: «Esto sucedió, lo analizamos y nos centramos en lo que podemos controlar. Con esto en mente, nuestro objetivo será X, y hemos dibujado varias alternativas para lograrlo, siendo la alternativa A, la preferida». Una vez más, muy factual y mostrando el control total de la situación.
7. Aprendizajes.
Asegurémonos de que cuando logremos solucionarlo, tenemos los aprendizajes correctos con 2 objetivos en mente:
- Cómo evitar el mismo problema en situaciones futuras.
- Si el problema ocurre de nuevo: cómo resolver de una manera más eficiente gracias a los aprendizajes del proceso.
Luego, para cerrarlo es fundamental comunicar con todas las personas involucradas, ya que tus aprendizajes pueden ser valiosos para todos en situaciones futuras.
En resumen:
Este proceso de simplificación de problemas está en el corazón de lo que hago en procesos de Coaching individual o de equipo. Con el uso de algunas herramientas y competencias de coaching, pongo el foco en desbloquear la situación y empezar a avanzar.
Este proceso de 7 pasos es para usar todos los días (pues los problemas continuarán sucediendo): Asumir Control, Racionalizar, Partir el problema en partes, Construir objetivo, Dibujar alternativas, Comunicar y Aprender.
